lunes, 21 de julio de 2014

Pues ella es la madre de todas las virtudes...

Las secuelas de los tres años de conflicto bélico se prolongaron bastante tiempo después de terminada la guerra civil.
Como suele ocurrir fueron los más desfavorecidos las víctimas que pagaron con más crueldad los efectos de la posguerra. Las enfermedades y la hambruna hicieron auténticos estragos en la población civil como se puede ver reflejado en los altísimos índices de mortalidad, principalmente  infantil, que se dieron en la época.
Si bien es cierto que el estado de salud de una sociedad guarda relación directa con las características biológicas y sociales de los individuos que la componen, no es menos cierto que las deficitarias condiciones sociales, laborales y sanitarias repercutieron negativamente en la recuperación de la sociedad. En estas circunstancias se presentaba una oportunidad única para poner en práctica los principios de San Juan de Dios, es decir, dotar a los estratos menos favorecidos la ayuda necesaria para mitigar las deficiencias derivadas de la época de confrontación.

En Asturias, los Hermanos de San Juan de Dios no dudan un instante en la aportación que ellos pueden brindar a la sociedad civil como ya lo estaban haciendo en otros lugares de España tales como en Madrid ( Hospital de San Rafael), Santander (Santa Clotilde), Barcelona (Hospital de San Juan de Dios), o Vigo (San Rafael). Es precisamente en esta última ciudad donde va a surgir el milagro… En la ciudad de Vigo vivía un personaje, que va a ser el auténtico protagonista y mecenas del nuevo centro gijonés, El Sanatorio Marítimo.


En Vigo vivía D. Hermenegildo Alfageme, el cual  poseía unas importantes fábricas de conserva de pescado. Una de esas fábricas estaba muy cerca de la clínica que los Hermanos Hospitalarios tenían en dicha ciudad

La función principal de ese hospital era la atención de un considerable grupo de niños pobres y enfermos. D. Hermenegildo era testigo presencial del trato y las atenciones que los Hermanos de San Juan de Dios tenían para con estos niños enfermos. Un día quiso el destino que D. Hermenegildo entablara conversación con el H. Arsenio Virumbrales, quien a su vez, era el Superior del Hogar-Clínica de San Rafael.  En la conversación D. Hermenegildo propone al H. Arsensio, su intención de levantar un hospital similar al de Vigo en la ciudad asturiana de Gijón, en  memoria de dos de sus seres más queridos: D. Bernardo su padre y Hermenegildo su hijo. y así dar respuesta a tantos y tantos niños enfermos como había, sobre todo, en Las Cuencas Mineras del Nalón y del Caudal. En dicha conversación, D. Hermenegildo concreta la acción a tomar y determinan el fín benéfico, que había de tener, ofreciendo a La Orden Hospitalaria la ayuda necesaria para la futura fundación. El H. Arsenio transmite a sus superiores las intenciones de D. Hermenegildo y en breve tiempo se entrevista con el Padre Provincial de La Orden Hospitalaria, Padre Claudio Piña Tejedor.
Ambas partes acuerdan levantar un nuevo Hospital, que se denominará Hospital Infantil de San Bernardo y San Hermenegildo  para niños lisiados pobres y que se levantará en el mismo lugar donde años atrás fallecieron el padre e hijo del nuevo benefactor.  
Tras realizar las gestiones oportunas y aunar en el proyecto a las autoridades locales y provinciales se prodecería a iniciar las obras de construcción con una idea clara y concisa:
La caridad deberá prevalecer sobre la venganza.     

 Gerardo Alonso Matías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario