Los ingresos económicos para poder mantener el funcionamiento del Hospital y poder dar respuesta médica, académica y mantener a todos aquellos niños enfermos, se obtenían a base de las limosnas de todos los asturianos, que desde un principio acogieron como suyo el Sanatorio Marítimo de San Bernardo y San Hermenegildo. Los Hermanos de San Juan de Dios se habían organizado, de tal forma, que todos los rincones de Asturias eran pateados, calle a calle y barrio a barrio por aquellos religiosos, que familiarmente, se les llamaba los “limosneros”. Cuatro eran los Hermanos, que a las 8 de la mañana, de un día cualquiera, tomaban su capacha e imitando a Juan de Dios por las calles de Granada, tomaban los trenes de cercanías de Avilés, Cuencas Mineras o capital del Principado y recorriendo calles y poblados, recogían las limosnas, que voluntariamente, les eran entregadas por los asturianos para sus niños.
Los niños tomando el Sol. en esta hermosa terraza. |
"Hoy día es impensable pensar
en una Institución, que se cree y se dedique única y exclusivamente a
niños pebres y enfermos, que no tienen ningún tipo de recursos para pagar su
hospitalización, que todo tiene que ser a base de donantes, de benefactores
para poder subsistir; yo tuve la suerte de encontrar una benefactora y en la
cabecera de mi cama había una placa en la que figuraba el nombre de dicha
persona, que ayudaba a costear los gastos de mi estancia en el Sanatorio Marítimo.
Cómo se desarrollaba aquello? Parecía imposible que pudieran atender a
tanta gente, más de 60 niños, todos ellos atendidos por la Comunidad de
Hermanos de San Juan de Dios e incluso los gastos, que ocasionaban las
operaciones, la atención sanitaria y la hospitalización. Los Hermanos
salían por toda Asturias a pedir para los niños del Marítimo. Los niños que
estábamos en el Marítimo éramos todos pobres, pobres de verdad, si recursos
económicos de ningún tipo, yo he llegado a pensar, que si no hubiera
existido el Sanatorio Marítimo, no sé, no sé cómo habría podido luchar
contra mi enfermedad, a lo mejor no estaba ahora aquí contándote estas cosas,
por tanto, yo siempre estaré muy agradecido al Sanatorio Marítimo y siempre lo
tendré en un pedestal, pues en el pasé una parte muy importante de mi vida” Así se expresaba el antiguo alumno/usuaria del Sanatorio
Marítimo en aquellos años 50, José Ramón Zapico. José Ramón Zapico con los
años sería Alcalde de Pola de Laviana y Presidente del Parlamento
Regional Asturiano.
Aunque el número de visitas ha
descendido últimamente, sin embargo mucha gente sigue visitando a los
niños hospitalizados. Hace unos fechas el Marítimo recibió la visita del Sr.
Obispo Theodosi (Grecia) quien visitó a los niños acompañado del P. Tineos
Tipaldros, ilustre jesuita español, que durante muchos años perteneció a las
misiones griegas en Polonia . Fueron recibidos por el Hermano Superior y la Comunidad de Hermanos.
Los niños al verles aparecer en sus salas irrumpieron en una cerrada ovación,
que el Sr. Obispo correspondió con mucho afecto y cariño hacia todos ellos.
Después les dirigió unas palabras exhortándoles a que desde
sus lechos del dolor pidieran al Todopoderoso por su Grecia querida y decía a
los niños, que de los 7.000.000 millones de habitantes, que en entonces tenía
Grecia (Años 50) solamente 45.000 eran católicos , los niños volvieron a
mostrar su afecto y cariño a estos ilustres visitantes, quienes antes de
finalizar la visita al Sanatorio Marítimo firmaron en el libro de honor del
centro donde el Sr. Obispo dejó escrito: “ Bendigo de corazón esta obra tan
agradable a Dios de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios . Cristo, el
amigo de los niños, bendiga la
Obra y bendiga a aquellos, que se sacrifican por estos
pequeños, amigos de Jesús.
Gerardo Alonso Matías.
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