domingo, 12 de junio de 2016

D. Gabino Díaz Merchán, Arzobispo de Oviedo y El Sanatorio Marítimo

Situémonos en los albores de los años 80, en estos años hablar de los niños discapacitados intelectuales era bastante difícil, yo me atrevería decía, bastante complicado. Pues bien, voy a intentar expresar a mi manera, lo que D. Gabino Díaz Merchán, Arzobispo de Oviedo decía y pensaba por aquellos años.
El Sanatorio Marítimo de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios es una constante caminar hacia la habilitación. La preocupación surgió con fuerza de auténtica vocación. Porque se necesita mucha fuerza, mucha vocación, mucha esperanza, mucho entusiasmo y mucha ayuda para afrontar el complejo problema de la educación de estas criaturas.
D. Gabino Díaz Merchán visitando a los niños discapacitados

Los Centros de enseñanza especial se han levantado en nuestro país, gracias al interés de las propias familias, gracias al Estado y gracias también a quienes por vocación de Dios están en vanguardia dispuestos a la lucha, entregados  sin reserva a todos estos niños y jóvenes, que necesitan mucha más dedicación que ningún otro ser. El Sanatorio Marítimo en medio de la lucha diaria por los niños afectados con problemas de índole física, surge otro problema gravísimo y no abordado, hasta ahora, el de los niños deficientes. Ahí nos encontramos con un nuevo mundo extraordinario, lleno de humanidad, puesto ahora al descubierto. Esta es la gran verdad que se halla en el rostro inexpresivo, a veces, de los niños discapacitados en plan de habilitación. La gran verdad de la inocencia, de la sencillez. En el Sanatorio Marítimo, se levanta por primera vez una nueva ola de un mundo insospechado lleno de vigor, de fe, de ilusión en los futuros, inciertos para los niños y para cuantos les rodean. Si usted se acerca al Sanatorio Marítimo y se adentra por la sección de discapacitados intelectuales podrá ver y sentir muchas cosas; acaso bellamente diferentes del mundo, que se mueve sólo a unos metros fuera del Sanatorio Marítimo. Quizá la sonrisa amplia de algún muchacho, hasta ahora triste, desde hace muchos años, pueda ser la impresión que le haga creer de firme en la verdad de todo esto, más aún, que en los gabinetes de la Logopedia o consultorios de Psiquiatría o de Psicología. Sin ninguna duda podemos afirmar que el Sanatorio Marítimo de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios es la gran esperanza para Asturias.
D. Gabino Díaz Merchán visita el taller de soldadura

A) Los Centros de reconocimiento, diagnóstico y orientación, son un complemento indispensable para la ardua labor de habilitación.
B) El primer contacto del ambiente con el niño tiene una fundamental razón médico-psicopedagógica.
C) En cada gesto o palabra el niño revela importantes aspectos de su personalidad.
D)En el Sanatorio Marítimo funciona también una consulta de Psiquiatría
En otro comentario anterior se hacía una orientación hacia el doble problema: Por un lado la enfermedad con sus secuelas o consecuencias y de otro su mundo, el mundo que le rodea. La familia que a veces puede ser la causa de muchos retrasos o pseudoretrasos, bien por su incomprensión, por su falta de decisión o por su negativismo a aceptar la realidad del problema en toda su dimensión. Debe ser sin duda, el motor e impulsor hacia la habilitación de su hijo.

D. Gabino Díaz Merchán posa con el taller de electricidad
En la clasificación de los niños el importantísimo factor del ambiente familiar, seguramente, inintencionadamente puede ser pernicioso en el desenvolvimiento normal del niño. De este principio dimana la necesidad de Centros de reconocimiento, diagnósticos y orientación en la labor médico-psicopedagógica como puntos clave. De aquí ha de revelarse la orientación a seguir por los centros de enseñanza especializados. Una vez que los niños son clasificados en el Sanatorio Marítimo y después de haber sido sometidos a una serie de pruebas psicológicas que abarcan la persona del niño en su totalidad, se hallará orientado hacia el Centro Especializado donde se trabajará con eficacia el retraso que el niño pueda ofrecer. El nuevo mundo que le espera no exige bajo ningún pretexto el alejamiento temporal o definitivo del ambiente social donde precisamente se pretende colocarlo. Es necesario el trato familiar siempre que sea posible. Las salidas a la vida normal son imprescindibles.  De esta manera sus facultades afectivas de un lado y la aceptación sincera de la realidad de otro, se van cultivando como se cultiva una planta, que hemos de sacar del invernadero. Al niño discapacitado se le recibe en lo que ha de ser su hogar con cariño y con un ambiente de confianza. Esto es fundamental y decisivo. El niño se comporta siempre de un modo distinto ante un conocido y ante un extraño. El niño es algo más que los datos técnicos de una ficha psicológica. D. Gabino en su disertación dice: El Sanatorio Marítimo de Los Hermanos de San Juan de Dios son una esperanza para Asturias.  El Centro cuenta para la educación e integración de estos niños con una notable organización técnica. Cada niño y joven serán educados en una actividad pre profesional con vista en un futuro a su posible integración social. El Centro se ampliará, si Asturias lo quiere, para atender al mayor número de niños y niñas. No pensemos que crear esta nueva sección para niños y niñas discapacitados es nueva en La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios no, en países como Irlanda, Francia, Alemania, Australia e Inglaterra, la Orden de San Juan de Dios tiene centros dedicados desde hace muchísimos años a la educación de estas criaturas en todos sus grados de retraso y esto constituye una gran experiencia.
Nota. Más adelante continuaremos con estas interesantes y doctas consideraciones   que D. Gabino, Arzobispo de Oviedo hizo en su día sobre el Sanatorio Marítimo y sobre la labor de Orden Hospitalaria de Los Hermanos de San Juan de Dios. En el campo de la Educación Especial.

Gerardo Alonso Matías  


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