El Sanatorio Marítimo continúa su
devenir diario. La parte hospitalaria sigue recibiendo diariamente a muchos niños, que asisten a las
consultas ambulatorias en las distintas especialidades. La Sala
está completa en cuanto a los niños hospitalizados, habiendo lista de espera.
Se ha abierto en régimen ambulatorio y hospitalario, una nueva especialidad: La Cirugía y Rehabilitación de ojos, a cuya consulta acuden
muchos niños desviados por la medicina pública del Principado y cuya
especialidad ha sido concertada, entre el Sanatorio Marítimo y La Seguridad
Social. El Dr. Mesa Galarreta es el responsable de este nuevo departamento.
Las consultas de Traumatología,
Ortóptica y Pleóptica, son las más concurridas. Diariamente pasan con estos
gabinetes más de 225 niños asturianos, entre los que siguen tratamiento médico,
rehabilitación o simplemente, consulta
externa.
En otro orden de cosas, diré que desde el día primero de Septiembre de este curso 70/71 he sido nombrado maestro del Aula Unitaria del Marítimo, paso a ser el “maestro de la sala”.
En otro orden de cosas, diré que desde el día primero de Septiembre de este curso 70/71 he sido nombrado maestro del Aula Unitaria del Marítimo, paso a ser el “maestro de la sala”.
Los primeros niños que ingresaron en el S. Marítimo. 1945 |
El 1 de Septiembre del año 1970 el H. Superior, Aurelio Gomollón, me propone, que me hiciera cargo, como maestro, del Aula Unitaria del hospital, donde estaban matriculados más de 50 niños, que cursaban los distintos niveles académicos de la E.G.B. Así que desde 1970-71 hasta la desaparición del Aula, finales de los 90 fui el maestro responsable..
La Poliomielitis poco a poco iba remitiendo y el número de niños que ingresaban iba descendiendo paulatinamente.
He de decir, que aunque el curso escolar comenzaba oficialmente en el mes de Septiembre, sin embargo en esta escuela hospitalaria, el curso no comenzaba en el mes de Septiembre, ni en el mes de Octubre; el curso escolar en el Marítimo duraba todo el año. Tampoco los niños llegaban a la escuela en autocar, ni llevaban uniforme como era costumbre en esta época, ni existían las aulas, ni las clases con bancos y pupitres, ni tampoco había mesa para el profesor. Los niños podían asistir a las clases unos días, unas semanas, unos meses o en el peor de los casos, unos años quizá y estudiaban, y si era necesario se examinaban del nivel académico, que estaban cursando; aprobasen o no, cuando llegaba el día en que recibían el acta médica y se marchaban para su casa o abandonaban el hospital, sus carteras iban repletas de recuerdos de cuando estuvieron dando clases en el colegio de un hospital.
Un día cualquiera transcurría de la manera siguiente: A las 8,30 de la mañana las señoritas auxiliares o los Hermanos Religiosos, llevaban a los niños a sus
camas el desayuno.
Una vez hecho el aseo personal de
cada niño y arreglada y limpia La Sala, alrededor de las nueve de la mañana, comenzaban las clases. Cada niño
cogía sus libros y demás material escolar, que tenia en su propia cama o en el armario de la Sala y empezábamos la tarea que siempre iniciábamos rezando una oración. Sobre la cama de cada niño, estaban los cuadernos, los libros y cuantos materiales didácticos eran necesarios, para la clase.
Las edades de estos niños oscilaban entre los 4 y los 16 años y todos los niños cursaban los diferentes niveles académicos de la E.G.B. según sus edades o nivel académico alcanzado.
Los niños recibían algo más que la lección académica, recibían el cariño y la entrega durante su permanencia en el Hospital, de cuantas personas, maestro, Hermanos, personal auxiliar de clínica, estaban con ellos o personas que iban a visitarles.
El maestro, (en este caso Yo), me tenía que adaptar a los diferentes niveles escolares de cada niño, llegando a tener varios alumnos, de primero, de segundo de cuarto etc. es decir, de todos los niveles de La E.G.B.
Las edades de estos niños oscilaban entre los 4 y los 16 años y todos los niños cursaban los diferentes niveles académicos de la E.G.B. según sus edades o nivel académico alcanzado.
Los niños recibían algo más que la lección académica, recibían el cariño y la entrega durante su permanencia en el Hospital, de cuantas personas, maestro, Hermanos, personal auxiliar de clínica, estaban con ellos o personas que iban a visitarles.
El maestro, (en este caso Yo), me tenía que adaptar a los diferentes niveles escolares de cada niño, llegando a tener varios alumnos, de primero, de segundo de cuarto etc. es decir, de todos los niveles de La E.G.B.
El vivir todos juntos en la Sala
resultaba muy beneficioso para ellos,
pues continuamente se estaban relacionando entre sí, ya que su mundo era muy
diferente al mundo de los adultos… jugaban como podían, eran muy observadores, compartían entre si sus pequeñas cosas, se hacían grandes amigos…
Cuando llegaba un niño nuevo al Hospital e ingresaba en La Sala, enseguida se enteraba de que aquí existía un Colegio, pues se lo contaban
rápidamente los niños, de tal manera, que había
ocasiones en que algunos padres (antes de que yo me dirigiera a ellos)
se ponían en contacto conmigo o
con el Hermanos de Sala, para que les informáramos y concretáramos los
aspectos educativos y académicos que iba a recibir su hijo, la educación de su hijo.
Un Colegio como el nuestro,
inserto en la dinámica del funcionamiento de un Hospital Infantil, reúne unas
características muy especiales. La estancia en el hospital de los niños es muy
variable, depende, obviamente de la causa, que haya motivado la hospitalización
del niño y casi siempre resultaba imposible establecer un programa de estudios
con relación al tiempo, que iban a permanecer los niños en el Centro, en el Hospital.
También debíamos tener muy presente, que algunos niños, por causa de su enfermedad, iban a permanecer postrados en su cama, muchas veces con posturas muy complicadas y en ocasiones totalmente inmóviles, manteniendo una determinada posición o con tener que llevar algún aparato ortopédico.También había niños que presentaban algún tipo de problema psíquico o algún tipo de parálisis cerebral, que de por sí, dificultaba la labor normal de aprendizaje y a veces, también, había niños que presentaban problemas de adaptación, debidos a su enfermedad, los cuales dificultaban aún más la labor educativa.
También debíamos tener muy presente, que algunos niños, por causa de su enfermedad, iban a permanecer postrados en su cama, muchas veces con posturas muy complicadas y en ocasiones totalmente inmóviles, manteniendo una determinada posición o con tener que llevar algún aparato ortopédico.También había niños que presentaban algún tipo de problema psíquico o algún tipo de parálisis cerebral, que de por sí, dificultaba la labor normal de aprendizaje y a veces, también, había niños que presentaban problemas de adaptación, debidos a su enfermedad, los cuales dificultaban aún más la labor educativa.
El Colegio Unitario del Sanatorio Marítimo,
siempre se preocupó y sigue preocupándose, por el desarrollo de la personalidad del
niño, ayudándole a que tome conciencia de su situación y la asuma como un hecho
más en su vida.
Las clases en los muchos años, que estuve con estos niños, con todos estos problemas físicos, siempre procuré y me preocupé de que se desarrollaran en un ambiente distendido pero con un absoluto rigor académico.
Las clases en los muchos años, que estuve con estos niños, con todos estos problemas físicos, siempre procuré y me preocupé de que se desarrollaran en un ambiente distendido pero con un absoluto rigor académico.
( El día 5 de Agosto ingresaron
los tres primeros niños: Jesús Fueyo Arguelles, de 13 años, natural de La
Felguera; José Minervino Valdés Suárez, de 12 años, natural de La Felguera y
Jesús Felgueroso Velasco, de 10 años, natural de Sama de Langreo. Desde estas
líneas les enviamos un abrazo, pues tenemos constancia que dos de ellos viven y
sirvan estas líneas al hablar de vuestra escuela, como homenaje a tantos y tantos niños, que como
ellos, pasaron por La Sala/Escuela del Sanatorio Marítimo).
Los niños por lo general, solían prestar un
gran interés y una gran atención a las explicaciones que el maestro les daba,
llegando a comentar con sus familias y amigos, que les visitaban, que en la clase se lo pasaban muy bien.
También procuré siempre que los niños que llegaban al Sanatorio Marítimo siguieran, a poder ser, el mismo ritmo o parecido, al ritmo normal que llevaban en su colegio del pueblo o de la ciudad. Para conseguir este objetivo solía tener periódicos contactos con los profesores de los colegios de los que procedían los niños, manteniendo intercambios constantes.
En los años que estuve con estos niños discapacitados físicos intenté rodearles de ese ambiente de escuela, de ese ambiente de colegio al que ellos estaban acostumbrados a vivir antes de ingresar en el Hospital. Debo de decir, que los niños, que tuve siempre en La Sala fueron muy colaboradores. Jamás opusieron resistencia, ni se aprovecharon de su situación de estar en la cama, siempre me colaboraron mucho. ¡¡ Cuantos días al finalizar la jornada, por la tarde, me decían, Gerardo, quédate con nosotros otro rato y me explicas esto o aquello!!
También procuré siempre que los niños que llegaban al Sanatorio Marítimo siguieran, a poder ser, el mismo ritmo o parecido, al ritmo normal que llevaban en su colegio del pueblo o de la ciudad. Para conseguir este objetivo solía tener periódicos contactos con los profesores de los colegios de los que procedían los niños, manteniendo intercambios constantes.
En los años que estuve con estos niños discapacitados físicos intenté rodearles de ese ambiente de escuela, de ese ambiente de colegio al que ellos estaban acostumbrados a vivir antes de ingresar en el Hospital. Debo de decir, que los niños, que tuve siempre en La Sala fueron muy colaboradores. Jamás opusieron resistencia, ni se aprovecharon de su situación de estar en la cama, siempre me colaboraron mucho. ¡¡ Cuantos días al finalizar la jornada, por la tarde, me decían, Gerardo, quédate con nosotros otro rato y me explicas esto o aquello!!
Procuraba, siempre, si era posible, que los niños utilizaran los mismos textos y realizaran ejercicios
semejantes a los que estaban acostumbrado a realizar en
su colegio.
También les evaluaba parcialmente para que, una vez dados de alta y reincorporados a sus colegios respectivos, quedara constancia de su aprovechamiento y esta constancia quedaba reflejada en su registro personal, el registro del alumno (los famosos ERPA de entonces),
Cuando era necesario el Colegio Unitario del Marítimo efectuaba las pruebas correspondientes a la evaluación final, con el fin de evitar la repetición del curso o del ciclo. Estas pruebas finales las enviaba normalmente al Colegio Público, Héroes del Simancas de Gijón al que nuestra Sala estaba adscrita.
Las clases eran diarias mañana y tarde. Los jueves por la tarde no teníamos clase, se reservaba la tarde para que los niños recibieran las visitas de sus familiares o amigos y esta clase de las tardes de los jueves, se trasladaba a la mañana de los sábados.
También les evaluaba parcialmente para que, una vez dados de alta y reincorporados a sus colegios respectivos, quedara constancia de su aprovechamiento y esta constancia quedaba reflejada en su registro personal, el registro del alumno (los famosos ERPA de entonces),
Cuando era necesario el Colegio Unitario del Marítimo efectuaba las pruebas correspondientes a la evaluación final, con el fin de evitar la repetición del curso o del ciclo. Estas pruebas finales las enviaba normalmente al Colegio Público, Héroes del Simancas de Gijón al que nuestra Sala estaba adscrita.
Las clases eran diarias mañana y tarde. Los jueves por la tarde no teníamos clase, se reservaba la tarde para que los niños recibieran las visitas de sus familiares o amigos y esta clase de las tardes de los jueves, se trasladaba a la mañana de los sábados.
Grupo de niños unos 55 , que aistian diariamente a la clase con el maestro Gerardo. |
Tenemos que decir con orgullo,
que en nuestra Escuela Unitaria del Sanatorio Marítimo de Gijón, nació un tipo
de enseñanza, que más tarde sería reconocida a nivel nacional por El Ministerio de Educación y
Ciencia y que se conoció y se conoce,con el nombre
universal de AULAS HOSPITALARIAS.
“….Y como en general, no pocos de estos
procesos curativos son de una marcada lentitud, a veces de años, aprovechamos
este hermoso tiempo para dar a nuestros pequeñuelos, en sus mismos lechos y
salas que vienen a constituirse en escuelas propiamente dichas, la instrucción
primaria y religiosa conveniente” (H.
Provincial de Castilla, Claudio Piña Tejedor, en el discurso pronunciado, con
motivo de la inauguración del Sanatorio Marítimo. Gijón 8 de Septiembre de
1.945).
Gerardo Alonso Matías.
Enhorabuena, Gerardo.
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