
D. Luis siempre dijo, desde que tomó posesión de su cargo político, que no quería perder contacto con su profesión médica, que la seguiría muy de cerca y que continuaría sus actividades médicas cerca de los niños del Sanatorio Marítimo. Y fue muy rotundo cuando afirmó a la prensa: “El día de Covadonga cumplí mis Bodas de Plata en el Sanatorio Marítimo, siento un profundo amor por mi profesión y por estos niños, por nada del mundo quiero dejarlos”. “Los Hermanos de San Juan de Dios me han dicho que podré operar en cualquier momento, pero que siga con ellos. He prometido operar cuando sea preciso. Es algo que llevo muy dentro de mí y que quiero seguir desarrollando en la medida de mis posibilidades y con pleno interés. Estimo que es compatible la Alcaldía con mis pequeños enfermos”.

Recuerdo el día que D. Luis visitó La Sala por primera vez, siendo ya Alcalde de Gijón y con qué ansiedad, nervios y alegría esperaban esta visita los niños. Tan pronto asomó por la puerta de la Sala todos los niños espontáneamente empezaron a aplaudir al nuevo alcalde, a su médico y en definitiva a D. Luis.
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Entrega de La Carta de Hermandad |
Gerardo Alonso Matías.
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